Estamos desprotegidos”, estas fueron las primeras palabras de Francisco Ponz, una de las víctimas de la ya bautizada banda de la Coca-cola, que robó el martes en 10 chalets de Torás y que, entre robo y robo, entre registro y registro, sus componentes se bebían un refresco. “En las neveras había de todo: cervezas, vino, agua, pero ellos solo bebieron coca-colas”, destacó Ponz, muy indignado.
Que los ladrones se dieran algún capricho que otro no es lo que más preocupa a las víctimas, sino que en los diez asaltos a sus viviendas de veraneo causaron destrozos que superan “los 30.000 euros”, y, además, sustrajeron “todas las televisiones de plasma, las herramientas, maquinaria y los pequeños electrodomésticos”, explicaba Ponz a Mediterráneo.
Los hechos sucedieron de madrugada, cuando, según los afectados, “dio la casualidad de que no había nadie en los chalets, que son segundas residencias”. Así, con toda la noche por delante, la banda de la Coca-cola cortó el alumbrado público de la calle Santa Quiteria, “fracturó y arrancó con una palanca las rejas de hierro de las ventanas y destrozaron algunos bombines de las puertas”.
Una vez dentro “lo registraron todo, cada cajón, cada armario, cada habitación, los garajes, los trasteros... y se llevaron los objetos de valor que no excedían el tamaño, por lo que suponemos que usaron un vehículo pequeño”.
Francisco Ponz explicó que “nos han quitado motosierras, radiales, taladros, microondas...”. Su esposa, Pilar Garibo, añadió que “cortaron las cintas de las persianas para entrar y salir mejor, nos quitaron cordones de zapatos y los edredones, que usarían para envolver los televisiones”. H
La banda de la Coca-cola desvalija 10 chalets en una noche en Torás ( El Periódico Mediterráneo - 21/05/2010 )